Vera Rubin (1928-)
Quedó fascinada siendo una
niña por el movimiento de las estrellas. Su padre, un
ingeniero eléctrico, le compró el primer telescopio y la
ayudó en sus primeros encuentros con la Astronomía
como astrónoma aficionada. Motivada por la historia
de Maria Mitchel ingresó en el Vassar Collage y se
graduó en la Universidad de Cornell. Al igual que
Margaret Burbidge al comienzo de su carrera recibió
el rechazo de la comunidad astronómica por el hecho
de ser mujer. Cuando solicitó su entrada en la Universidad
de Princeton fue rechazada porque no aceptaban
mujeres. Su tesis de master sobre los movimientos
relativos entre las galaxias, trabajo que fue el precursor
de la postulación de la existencia del supercúmulo local,
produjo mucho revuelo en la reunión de la American
Astronomical Society donde fue presentado. El Washington
Post se hizo eco de la discusión que causaron
sus resultados y publicó la siguiente frase «joven madre
encuentra el centro de la creación, o algo parecido»,
lo que evidencia el poco crédito que le concedieron
a su trabajo. Después de la experiencia de su master
hizo su tesis de doctorado en la George Washington
University continuando con su trabajo sobre los movimientos
y distribución de las galaxias, tesis que nunca
consiguió publicarse en ninguna revista profesional
de Astronomía. Después de este trabajo sus estudios
sobre la cinemática de las galaxias espirales indicaron
la existencia de una alta proporción de materia oscura
en el Universo. Su trayectoria ha sido tan poco común
que la han convertido en una de las mujeres más activas
en la defensa y promoción de mujeres en Astronomía.
Terminaré su biografia con sus palabras en Newsweek
en 2005 «Esta es una batalla que las mujeres jóvenes
han de luchar. Hace treinta años pensábamos que la
batalla acabaría pronto, pero la igualdad es tan elusiva
como la materia oscura.»